El automóvil mete presión a Maroto para que elimine el alza del impuesto de matriculación en marzo

El automóvil eleva la presión sobre el Ministerio de Industria. El sector ha vuelto a solicitar a la ministra Reyes Maroto la neutralización de los efectos de la nueva normativa WLTP sobre el impuesto de matriculación antes de marzo. ¿El objetivo? Evitar un nuevo hundimiento de las matriculaciones en el tercer mes de año, como ya ha sucedido en enero con una caída de las ventas de coches del 51,1% -la peor de los principales mercados europeos- y como se prevé que suceda en febrero. Unas ventas que también se han visto afectadas por el fin del programa de renovación del parque circulante español y el impacto de la tercera ola de la crisis del coronavirus.

El sector propone una tasa del 0% para los vehículos que emiten menos de 144 gr/km de CO2; 4,75% entre 144 y 192; 9,75% de 192 a 240; y 14,75% de 240 en adelante

Así lo han explicado fuentes conocedoras de la situación en conversaciones con este diario: «Hemos recordado a la ministra de Industria que mediante la aprobación de un real decreto se podría neutralizar la subida de este tributo mediante la modificación del artículo 70 de la Ley 38/1992 de Impuestos Especiales con una ampliación de los tramos de gramos de CO2 por kilómetro», aseguran. El sector propone una tasa del 0% para los vehículos que emiten menos de 144 gr/km de CO2; 4,75% entre 144 y 192; 9,75% de 192 a 240; y 14,75% de 240 en adelante.

Una propuesta a la que Maroto ha contestado que el Gobierno está trabajando en una reforma estratégica para abordar la fiscalidad de la automoción, ya que se trata de un instrumento esencial para fomentar la renovación del parque e incentivar la demanda -lastrada desde que la crisis del coronavirus comenzó a dar sus primeros coletazos en el mes de marzo-. No obstante, la ministra de Industria no especificó si dentro de esta reestructuración entra la modificación de los tramos del impuesto especial sobre determinados medios de transporte.

Un escenario que ha provocado una guerra abierta en el Gobierno de Pedro Sánchez, después de que la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, frenase el inicio de las negociaciones de Industria en noviembre con las cuatro principales patronales del sector de la automoción -Anfac y Sernauto, y las redes de distribución y comercialización, Faconauto y Ganvam-. Un escenario que ha situado a España como el único mercado europeo capaz de dar un ‘hachazo fiscal’ al automóvil en 2021, a pesar de que el sector continúa en un contexto de crisis por la falta de confianza del consumidor y la caída de la demanda.

El mercado español dejó de matricular 15.000 vehículos sólo por los efectos derivados del alza del impuesto de matriculación en enero, lo que se traduce en una caída del 35%. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos en el primer mes del año registraron la peor caída de la serie histórica, con un descenso de las ventas del 51,5%, hasta las 41.966 unidades. «No hay un enero peor desde 1989 que se tiene registro mensualizado de ventas como el actual», explican.

«Arrancamos el año con el volumen más bajo desde que hay estadísticas, por lo que urge reactivar la demanda con medidas eficaces y de rápida implantación. El fin del Renove, que ha terminado con más de 200 millones de euros sin consumir, y la subida del impuesto de matriculación como consecuencia de la nueva medición de emisiones de CO2 son asuntos que deben tener prioridad en la agenda política», recalcan.

Nuevo impuesto medioambiental

El sector de la automoción ha solicitado al Gobierno de Pedro Sánchez  «la creación de un nuevo impuesto medioambiental, que sustituya al impuesto de matriculación, de carácter autonómico y estatal que gravara el parque según sus emisiones de CO2 con una cuota anual». Además, propone «el mantenimiento del impuesto de circulación, pero bonificando al 100% los vehículos con etiqueta cero y trabajando a futuro en un cambio de este impuesto para que grave la contaminación atmosférica de los vehículos en función de su antigüedad».

Ante esta situación, proponen una menor imposición a la compra y una nueva fiscalidad urgente que penalice la antigüedad del vehículo: «Ligar la fiscalidad al uso es necesario para rejuvenecer nuestro parque», argumentan. Además, insisten en la necesidad del eliminar o reducir el IVA de los coches electrificados para la democratización de las bajas emisiones.

«La seguridad jurídica y las reformas normativas del sector es otro aspecto que no se puede demorar, más aún teniendo en cuenta la situación de crisis que vive la industria de la automoción por los efectos de la pandemia», puntualizan. «Sin esa seguridad, se está lastrando la posibilidad de que tanto los fabricantes como los concesionarios sigan invirtiendo para propiciar una transformación profunda del sector y posibilitar la transición ecológica y digital», añaden.